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  • C.M.L.

¿Atrapado en tus propias redes?


Hace diez años, el uso de la tecnología ya tenía un papel preponderante en nuestras vidas, porque ya desde entonces el celular se había apropiado de la vida de muchos mexicanos, y la vida digital comenzaba a apoderarse del día a día de muchos de nosotros.

Las redes sociales (aunque muchas de ellas ya existían), no se habían apoderado del mercado mexicano de la forma en la que hoy ocupan un papel principal del día a día de usuarios y empresas. Aún recuerdo que muchas empresas no tenían claro (como hoy lo tienen), en qué específicamente les podían apoyar en sus campañas de comunicación redes sociales como Facebook y/o Twitter; y si pensaban tenerlo claro, no sabían claramente como poder poner en práctica y medir campañas de mercadotecnia digital. La realidad es que al día de hoy los papeles se han invertido, y son pocos los usuarios y empresas que no utilizan las redes sociales, ya sea para comunicarse o enterarse en tiempo real, de lo que acontece en todo el mundo.

Todos tenemos ejemplos claros de como la comunicación se ha incrementado con quienes tenemos lejos de nosotros a través de ver un comentario en tu mural, ver una foto recién posteada, y/o postear tu comentario al comentario que alguien más haya exteriorizado. Pero también debemos darnos cuenta, que la comunicación con los que están a nuestro lado, ha disminuido ya que cada vez más, y por citar un ejemplo (de los cuales todos tenemos miles), vemos a personas sentadas en un restaurante, y no dirigirse la palabra ya que cada una está inmersa en su celular ya sea chateando con alguien más, viendo lo que sucede en las redes y/o atendiendo a sus correos electrónicos. Y ya no comentar el hecho de que pasa si el celular se descompone, he visto a muchos estar al grado de enloquecer al no poder acceder a su lista de contactos, no saber si les contestaron su mensaje, o simplemente sentirse incomunicado del mundo. A todo lo anterior debemos agregar el hecho de los seguidores incómodos o “haters”, que de todo se expresan en burla, ironía, humor negro e incluso agresiones verbales.

Así que al día de hoy debemos de darnos cuenta que las redes sociales llegaron para quedarse e incluso deberán de evolucionar, pero que de nosotros depende el valor y balance que les demos en nuestra vida cotidiana. Debemos de usarlas y no dejar que ellas nos usen a nosotros, ya que nuestra vida debe de tener mucho más sentido que el hecho de que todos se enteren a través de un posteo de nuestra opinión, de dónde estamos y lo que estamos haciendo.

Veamos y disfrutemos del paisaje al que le tomamos la foto, antes de estarla compartiendo tecnológicamente; busquemos una sonrisa de con quien compartimos en persona, antes de querer tener más “me gusta” en nuestro portal; volvamos a sentir la libertad de no estar compartiendo todo lo que hacemos, y demos foco y valor a lo que hacemos, como lo hacemos y con quien estamos interactuando de frente, y no a través de una red social.

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