Vivimos en una época en donde los mercados están saturados de productos, todos con mínimas diferencias y en competencia constante; por lo que ya no es suficiente tener una buena campaña de publicidad, estar presente en la web o tener productos innovadores. Ahora la relación con el cliente debe crear vínculos emocionales de manera que nos motive a tener una relación a largo plazo con el producto y marca.
El neuromarketing es la nueva rama de la mercadotecnia que estudia el comportamiento del consumidor, cuáles son sus emociones y motivaciones que hacen que adquieran un producto u otro.
La decisión de compra no es meramente racional sino que implica un componente emocional que hace que el consumidor compre esas marcas que les hacen despertar emociones y sentimientos y genere una relación con base a la experiencia, es decir, el consumidor vive una experiencia real que hace que tenga un mayor recuerdo de la marca que la generó.
Ejemplos de neuromarketing los podemos encontrar en los supermercados, desde el momento en que entramos a la tienda, en dónde se encuentran localizados los productos, los de primera necesidad al final del pasillo para recorrer todo el supermercado, la posición de los productos en los anaqueles, el aroma de pan recién horneado para estimular la compra; productos en orden perfecto o en un caos como en ofertas para tener la sensación de un precio más bajo, la iluminación, la música. Nada es aleatorio, todo está dispuesto para tener una experiencia de compra.
Se trata de hacer que tus clientes se sientan identificados con tus productos y servicios, hacerles vivir experiencias que les aporten algo más que la simple adquisición del mismo.
