
La atención es el paso inicial de la relación entre tu prospecto y tú; y si no se obtiene, debemos buscarla nuevamente. Si no obtenemos la atención del prospecto, será inútil tratar de despertar el interés en nuestra propuesta.
La comunicación de negocios debe iniciarse con alguna frase que capte la atención de tu prospecto. Esto se puede lograr con un saludo respetuoso que esté formado con palabras simples y de uso frecuente; por ejemplo, “Tenemos buenas noticias para usted…” (Todo mundo pone atención a las buenas noticias).
Las siguientes palabras que escribas o digas deben escogerse cuidadosamente para que el prospecto se involucre en la conversación y no se distraiga.
Si ya obtuviste la atención, despierta el interés en tus servicios o en tus productos, con una pregunta que casi tenga el SÍ como respuesta obligada. El deseo lo obtendrás cuando el prospecto te pregunte algo que denote interés intenso o personalizado, como ¿Cuánto me costaría?, ¿hay algún descuento? o ¿Cómo lo puedo pagar?
En síntesis, solo se cierra una venta cuando el cliente se vea poseyendo el producto o disfrutando las vacaciones que le estás proponiendo.